Es lunes, 6 de febrero de 2012. Hace frío y llueve fuera, pero en la biblioteca el calor humano se nota desde que a las 14´00 horas el alumnado de segundo entra en la biblioteca y nos saluda. Rápidamente se quitan los abrigos y los amontonan sobre un arcón dejando con ellos la impulsividad de los momentos en el patio. En 13" los tenemos sentados ante nuestros ojos y en silencio esperando expectantes que les contemos un cuento. Y lo hacemos, conscientes de que podemos no sólo despertar su atención, sino tal vez esa veta literaria o lectora que ahora sólo es virtual. Escuchan atentamente hasta que finalizada la historia decimos: "Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, y quien no aplauda quedará castigado". Es momento para levantar los brazos pidiendo la palabra para decir el título, así comprobamos su grado de atención y su capacidad de síntesis. Siempre hay alguien que lo logra y tiene su premio al repartir los dibujos que hemos hecho del cuento. Después se sientan donde pueden o se tumban sobre la tarima junto a una caja de pinturas y empiezan a colorear mientras se relacionan diciendo quién es quién o diciendo cómo van a pintar cada figura. A las 14´55 horas los despedimos hasta el viernes, que habrá más.