martes, 18 de noviembre de 2008

Para que el trabajo sea tu vocación


Vaya por delante que la primera premisa es surgir de una convivencia familiar que permita una estabilidad emocional desde la que empezar a forjar una personalidad con criterio. La educación es fundamental y a este fin deben entregarse los padres desde la más tierna infancia de sus hijos.
Para complementar la educación de casa deben elegir un colegio que permita la socialización y encauzamiento académico de los niños. En casa los progenitores estarán ayudando, soportando, animando y tratando de mejorar la calidad humana e intelectual de su prole. Tanto la familia como el colegio establecerán planes en los que el niño pueda aprovechar las vivencias a su alrededor para que se implique en cuantas se lleven a cabo, porque de todas las ocasiones se aprende, lo mismo que se sacan conclusiones de las experiencias.
Los niños tendrán que tratar con gente de todo tipo, no sólo para aprender así a convivir, sino para darse y exigir hasta convertirse en personas con criterio.
La formación sirve no sólo para adquirir conocimiento, sino para saber razonar ante todo lo que nos ocurre y para prepararnos para responder a cuanto surja.
Por todo esto no hay que buscar la comodidad, sino pensar que quien quiera algo debe estar preparado para soportar adversidades y eso se consigue con trabajo y esfuerzo.
Sin ponernos grandes objetivos a largo plazo lo realmente importante es saber vivir cada instante a tope, sin inclinar la balanza de nuestra vida sólo al trabajo o sólo al ocio, sino buscando un equilibrio entre ambos.
Es fundamental, en definitiva, aprovechar las oportunidades que se nos presenten sin olvidar que el estudio, rigor, disciplina y entrega a cuanto hagamos nos convertirán en trabajadores felices mientras nos hacemos personas.

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