Cristian y Xabier

Cristian y Xabier son amigos. Los dos están en sexto, pero aparte de su amistad tienen algo más en común: su ayuda a los demás. Vienen a la biblioteca todos los días, disfrutan con lo que hacen, colaboran con el bibliotecario y hacen sus tareas, las obligadas y las de ocio; pero si hay que destacar algo de ellos es su altruismo, porque todas las tardes, cuando vienen los niños y sus madres a consultar dudas ellos son el filtro antes de llegar al bibliotecario y poco a poco se han granjeado la confianza y el agradecimiento de todos. Ellos se sienten importantes y pagados con esa satisfacción de quien se entrega a los demás por el mero hecho de ser útiles. Ordenan los libros, los juegos, las carpetas; clasifican los dibujos, orientan en el teatro a los recién iniciados, se encargan de que todo esté en orden, son la voz de la conciencia de los demás y jamás se enzarzan en pelea, riña o disputa alguna. De este modo repasan lo que dieron y lo explican con la más santa de las paciencias. Yo, que los observo a diario, pienso que esa es la misión de la escuela, educar personas que se interesen y preocupen por los demás, que aprendan y pongan a disposición de los demás sus conocimientos, que se preocupen por su entorno y que por toda recompensa esperen ese "gracias" como colofón a la orientación que antes les pidieron "por favor". Así, de forma educada, transmiten sin quererlo sus valores a quienes les rodean y estos, viéndolos
actuar, reproducen una forma de vida que ojalá cunda. Mientras tanto ellos son un verdadero ejemplo a seguir y gracias a personas como Xabier y Cristian merece la pena dedicarse a esta profesión. ¡Gracias a los dos!