martes, 7 de diciembre de 2010

La importancia del desayuno en escolares


Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, sólo el 7,5% de escolares en España toma un desayuno equilibrado, es decir, el compuesto por leche, fruta o zumo, e hidrato de carbono. Aproximadamente un 20% de la población infantil y juvenil sólo toma un vaso de leche, mientras un 56% sólo lo acompaña de algún hidrato de carbono. La mitad de esos escolares dedica menos de 10 minutos para desayunar. En resumen, los escolares españoles desayunan mal, lo que implica, según expertos de Nutrición, un aumento de la obesidad infantil en la mayoría de los casos.

El desayuno es, según los nutricionistas, una de las comidas más importantes del día. Supone, al menos, ¼ de las necesidades nutricionales de los niños, quienes cuando no desayunan bien carecen de la energía y la vitalidad para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que les exigen las actividades escolares. Además, un desayuno no adecuado hará con que sientan, a media mañana, la necesidad de un gran aporte energético, que encontrarán en productos de alto contenido en azúcar y ácidos grasos, como la bollería y tantos otros directamente relacionados con el crecimiento de los índices de sobrepeso y obesidad durante la infancia, debido a su alto contenido calórico.
El desayuno ideal
En muchas ocasiones, por falta de tiempo, prisas, y atrasos, algunas familias prescinden de dar de desayunar a sus hijos en casa. Son obligados, por las circunstancias, a llevar a sus hijos más temprano al colegio.
A los padres que tienen más tiempo, en casa, el desayuno ideal y adecuado es el que sea variado en alimentos que tengan nutrientes necesarios:
- Lácteos: leche, yogur, y/o queso
- Cereales: galletas, pan, copos, entre otros
- Grasas: aceite de oliva, mantequilla o margarina
- Frutas o Zumo
- Otros: mermelada, algún fiambre, miel, etc.

Cuando el desayuno aporta por lo menos 3 alimentos de los citados arriba, con toda seguridad, contribuirá a que los niños tengan más energía y fuerza para desarrollar las actividades que les exijan. Todo es una cuestión de hábito. Si desde la más temprana edad los niños son acostumbrados a desayunar bien, su organismo se habituará a esta costumbre, y exigirá un buen desayuno todos los días; ellos se sentirán satisfechos y la familia estará previniendo lo que hoy es una preocupación mundial de los expertos de alimentación: la obesidad infantil.

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